Consell de Cent es un ejemplo de resiliencia del Eixample de Barcelona, que representa una nueva manera de urbanizar el espacio público respondiendo a las necesidades de hoy. La propuesta supone una estrategia rompedora de ordenación de la ciudad, que mantiene al viandante y su bienestar como sus principales actores y destinatarios, así como la máxima naturalización del entorno urbano. Se entiende la biodiversidad como un servicio saludable para la calidad de vida de los usuarios y la naturaleza como elemento vertebrador del eje. De esta manera, se promueve un uso informal del espacio público, así como la reactivación comercial y pública, contribuyendo al desarrollo social desde la inclusión y la sostenibilidad, pasando a un modelo cíclico y renovable de urbanismo en el que prima el uso actualizado de los recursos. El resultado es una calle flexible como lugar de encuentro, aprendizaje y concienciación, un espacio de equilibrio entre personas y naturaleza en el medio urbano.