La Feria del Color es un proyecto promovido por el Ayuntamiento de Almería e impulsado por el área de Cultura para la reordenación de la zona sur del recinto ferial de la ciudad de Almería, con el propósito de optimizar el uso del espacio, mejorar la experiencia de los feriantes dotándoles de servicios básicos y reforzar la identidad visual del evento. La iniciativa pone especial atención en dos parcelas situadas en el borde inferior del recinto y que hasta ahora han carecido de una planificación clara y eficiente.El principal objetivo del proyecto es la dignificación y estructuración de esta zona, garantizando una distribución funcional y ordenada. Para ello, se ha diseñado un sistema de parcelas organizadas por colores y tamaños, en función de las necesidades de cada usuario. Esta estrategia permite optimizar el uso del espacio, facilitar la movilidad y mejorar la organización del recinto. Se han establecido accesos diferenciados y zonas de circulación bien definidas, además de dotar el espacio con los servicios y suministros básicos para asegurar su funcionalidad y comodidad.Era fundamental que este nuevo espacio no se sintiera como un anexo impersonal, sino como una prolongación natural de la propia feria. No se trata únicamente de ordenar un espacio, sino de integrarlo en la identidad de la feria, evitando que se perciba como un anexo aislado y desvinculado. Para ello, el uso del color adquiere un papel crucial, ya que no solo actúa como un código organizativo, sino que genera una conexión emocional entre los feriantes y su entorno. La propuesta coge de referencia los colores propios de estos eventos y convierte esta zona en una prolongación natural de la feria, reforzando su carácter vibrante y festivo.Durante las semanas que dura la feria, esta zona se transforma en una pequeña ciudad. Un minipoblado donde los feriantes viven, trabajan y se organizan en su propio microcosmos. Se configura como una suerte de ciudad lineal, donde la vida cotidiana de los feriantes se desarrolla a lo largo de un vial central que organiza y articula el espacio. Las caravanas y módulos habitacionales se disponen en torno a esta franja colorida que da acceso a los hogares temporales, como un puerto habitado en tierra. Esta estructura permite que los feriantes puedan convivir y trabajar en un entorno planificado, facilitando su día a día dentro del recinto.El motor principal de la propuesta es el uso del color como herramienta de expresión y organización. El esquema cromático facilita la orientación de los usuarios dentro del recinto, al mismo tiempo que dota de identidad a cada sector. A través de una paleta cuidadosamente seleccionada, se logra transformar el antiguo espacio caótico en un reflejo de la vitalidad y diversidad de la feria. Esta estrategia no solo mejora la organización espacial, sino que también fortalece la relación de los feriantes con el evento y con su sentimiento de pertenencia, permitiéndoles reconocerse dentro de la narrativa visual del recinto.Junto con la reordenación espacial, el proyecto incorpora mejoras en la infraestructura, con el fin de garantizar un mayor nivel de confort y funcionalidad. Se ha implementado un pavimento central resistente al tráfico intenso, asegurando la durabilidad del recinto. Además, se han incorporado sistemas de saneamiento de aguas fecales y drenaje para evitar la acumulación de agua, lo que previene posibles problemas en caso de lluvia. Se han establecido puntos de conexión para el suministro eléctrico y acceso a agua potable, así como la instalación de postes de iluminación para cubrir las necesidades básicas de los feriantes durante su estancia.Desde el punto de vista de la integración urbana, el proyecto no solo mejora las condiciones de la zona sur del recinto ferial, sino que también refuerza su conexión con el resto de la feria y el entorno urbano. La organización espacial permite una relación más fluida con las áreas de actividad, facilitando el tránsito tanto de feriantes como de visitantes. Al mismo tiempo, la introducción del color como elemento identitario convierte esta zona en un espacio visualmente atractivo y fácilmente reconocible, integrándola de manera natural en el conjunto del recinto.En definitiva, la Feria del Color es una intervención que va más allá de la simple organización del espacio. Es una apuesta por la dignificación de los feriantes, por la mejora de la infraestructura y por la creación de un entorno más accesible, funcional y visualmente enriquecedor. A través de un enfoque que combina planificación, diseño y sensibilidad hacia las necesidades de los usuarios, el proyecto no solo optimiza el uso del espacio, sino que también refuerza la identidad del evento y promueve una experiencia más cómoda y cohesionada para todos los participantes. La Feria del Color es una manifestación de la importancia de diseñar espacios que respondan a la realidad social y cultural de quienes los habitan.