Messina, un restaurante icónico en Marbella, donde la experiencia del comensal se convierte en el centro del diseño.Partir de lo esencial para encontrar la belleza en el espacio es el punto de partida de nuestro diseño. Simplificamos la paleta de materiales, utilizando el hormigón que emerge de la demolición para representar el pasado, el metal que encarna la pureza y septicidad de la cocina como símbolo del presente, y una “madera”,un material innovador que reinterpreta la naturaleza, proyectando hacia el futuro.Con esta combinación, nace un nuevo Messina, donde la experiencia del comensal se convierte en el centro del diseño. Nuestro enfoque de interiorismo es limpio, elegante y funcional, adaptándose con el control de la luz exterior e interior para transformar el ambiente según el momento.Los líquidos, en su diversidad, inspiran nuestro diseño. En reposo, son rectos y estáticos, pero al mezclarse, vierten y se mueven, generando formas sinuosas. Este contraste entre lo recto y lo curvo se manifiesta en diferentes aplicaciones, integrándose con elementos arquitectónicos de líneas simplistas, creando un espacioque es tanto dinámico como armonioso.En una segunda planta, nos adentramos en InsIDe es un espacio singular, diferente y através de un ascensor desde el Restaurante Michelín “Messina”. Sin duda, el espacio que todo cheff o cocinerx soñaría. Mauricio Giovanini va un paso más allá. Además de transformar Messina, habilita el mismo área de superficie para dedicarlo a él y a sus personas e invitados más cercanos. Messina Inside, cuenta con un distribuidor repleto de ingredientes, un set de fotografía, una cocina equipada, una zona con algunas mesas para servir y un salón muy cómodo. El reto de crear un segundo espacio, viene de crear un espacio creativo, donde se una la investigación y los negocios en un ambiente abierto y espacioso. Como si de un loft se tratase, trabajamos en tener visión continua del espacio, sin perder la intimidad y mostrando los procesos de creación y procesos de distintos proyectos en desarrollo. Rompemos con la sobriedad de la planta baja y creamos un espacio laboratorio más doméstico, continuando con el patrón metálico de las instalaciones. El espacio diáfano dispone de una sala de líquidos (Pía), una cocina de investigación y un despacho creativo (Mauricio). Todo enlazado visualmente, en el que poder disponer de todas las áreas de experimentación libres.