La propuesta nace de preguntarse quién es el cliente en la arquitectura. En un proyecto de esta índole, surgido de la necesidad de dotar a la ciudad de un equipamiento deportivo, deberesponderse con la misma honestidad a las necesidades del promotor, que buscaba un edificio barato, como a las de los usuarios, cuyo interés residía en los aspectos para lograr unapráctica deportiva satisfactoria y eficiente. Pero también son clientes los espectadores, que requieren condiciones de visibilidad, confort y movimiento adecuados, e incluso cualquier persona que pase por delante, que lo percibe como un hito del desarrollo del pueblo.Por todo lo anterior, la principal condición del proyecto es tratar de dotar a la ciudad de un espacio flexible y abierto que favorezca la relación de sus vecinos en torno a un evento de-portivo, a la vez que convertirlo en un icono, reconocible para cualquiera de sus ‘clientes’ que logre aportar representatividad a un entorno urbano de periferia, a priori carente de valoresidentitarios. Desde la relevancia de su estructura y a partir de la resolución de un programa extremadamente sencillo, el edificio, funcionalmente estático desde el usuario, se transformaen un espacio dinámico de relación entre ciudadanos. Todo ello contrasta con su pureza geométrica, la simplificación de materiales y la austeridad que, conjugados adecuadamente,favorecen la armonía del conjunto.