HOSPITAL DOCTR MUÑOZ CARIÑANOSANTIGUO HOSPITAL MILITAR VIGIL DE QUIÑONES. SEVILLAPocas veces un hospital se puede entender como un edifico aislado ajeno a las transformaciones sociales y urbanas. Arquitectura no por útil y necesaria exenta de belleza, trabajar con ella involucra un grado de compromiso que implica gestionar el difícil equilibrio entre eficiencia técnica, armonía formal y responsabilidad humana. El conocido como Hospital Militar Vigil de Quiñones de Sevilla en un edifico que en menos de media década de vida ha estado marcado por las dos grandes crisis que han sacudido a España en lo que llevamos de siglo. Inaugurado en 1980 como Hospital Militar, la profesionalización de las Fuerzas Armadas en 2004 hizo que fuese cedido por el Ministerio de Defensa a la Junta de Andalucía. Al año siguiente se empezaron a gestar el estudio previo y los diversos expedientes destinados a transformar a este hospital mediano en un edificio de referencia dentro de la red sanitaria de Sevilla y su provincia. Así fue como en el año 2007 se inician las obras que afectarían a buena parte de la estructura original del hospital, aumentando la hospitalización y apostando por la modernización de los servicios asistenciales. En el año 2010, las obras se dieron por paralizadas oficialmente cuando los estragos de la crisis del sector eran más que evidente. En el año 2020, con una nueva crisis, en este caso sanitaria, se abre la puerta a una primera puesta en marcha como semilla para una futura rehabilitación global de todo el edificio.Fue a consecuencia de la crisis de la Covid-19 cuando se planteó la necesidad de realizar actuaciones de emergencia para la terminación parcial del Hospital Vigil de Quiñones, “por vía de emergencia en respuesta a las necesidades del plan de contingencia en la provincia de Sevilla realizado por la Consejería de Salud y Familias, por rebrote de la pandemia COVID 19”. Para ese entonces, año 2020, este colosal edificio de 12 plantas de tipo basamento y torre se encontraba totalmente desmantelado. Convertido en un gran palomar donde convivía rastros de vida humana furtiva tales como antiguas hogueras, grafitis y enseres personales maltrechos, había áreas prácticamente acabadas, pero gravemente afectadas por los efectos del paso del tiempo y de la exposición a las inclemencias del tiempo y a las seguidas campañas de robo y pillaje. El estado previo del edificio y el grado de ejecución de cada una de las áreas fue objeto de un completo análisis, teniendo en cuenta el deterioro por el tiempo transcurrido desde la paralización de las obras y la necesidad de adaptación a normativa actual y de adoptar soluciones de acabado de nuestro tiempo. Para la intervención de la Fase 1, se realizó un análisis global del edificio y de las necesidades asistenciales requeridas para los rebrotes previstos. Se consideraron igualmente aquellas actuaciones necesarias para cumplir con la reglamentación vigente en lo ya ejecutado. El objetivo asistencial para esta primera fase de intervención era contar con una dotación específica de 144 camas de hospitalización (24 habitaciones individuales y 12 dobles por planta en los niveles +4, +5 y +6) y 25 camas de Cuidados Intensivos, además de la puesta en marcha de otras áreas de apoyo como diagnóstico por imagen, cocina y administración y un nuevo núcleo de comunicación en el frente sur como entrada principal. Esta primera fase tuvo un alcance de 16.850 m².En el año 2021, se abre el mismo procedimiento de Emergencia para llevar a cabo la Fase 2 (19.914 m2), objeto de esta candidatura. En este caso, la intervención ocupó prácticamente la totalidad del edificio. A nivel asistencial destacan tres plantas más de hospitalización, una de ellas para usuarios con alta demanda de dependencia funcional, el bloque quirúrgico con diez quirófanos de alta tecnología, el área de endoscopias y la unidad de salud mental, la cual se divide en zona de adultos y zona infanto-juvenil, con 13 y 4 habitaciones individuales respectivamente, en ambos casos con posibilidad de ser dobles. La intervención también ha contemplado actuaciones en la urbanización de acceso, dotación de plazas de aparcamiento para ambulancias y otros vehículos (mercancías, automóvil, motos, bicis, etc.) y redistribución de viales para separar el tráfico, con vías exclusivas y separadas para ambulancias y carga y descarga. Por otra parte, se ha ejecutado la reforma integral del vestíbulo y la fachada principal. El estado previo del basamento contaba con una fachada a medio completar de lamas de acero galvanizado contrapeadas, mientras que la torre de hospitalización presentaba una fachada de ladrillo visto y aplique cerámico correspondientes a las bandas de las ventanas. El revestimiento de toda la torre con lamas fijas y móviles, así como del frente oeste del basamento, siendo esta la intervención más visible y que ha trasformado por completo la imagen del hospital. Un aspecto importante en este proyecto es que además del singular contexto técnico-administrativo, se trata de una obra de reforma y ampliación que ha tenido que ser ejecutarlas de forma compatible al mantenimiento de la actividad asistencial que ya se estaba dando. Esta casuística añade un grado más de complejidad ya que ha sido necesario conjugar el proceso de ejecución de las obras considerando cómo esa intervención concreta puede afectar a la estructura funcional y de circulaciones global del hospital. Es por tanto que esta actuación ha precisado de la aplicación de un proceso de trabajo diferente, añadiendo un rango superior de intervención que denominamos ‘el proyecto del proyecto’. Es un modelo de trabajo diferente donde la seguridad no debe condicionar de forma determinante la solución arquitectónica proyectada.La ejecución de la fase 2 ha sido un reto: un edificio con partes aun en abandono durante más de 10 años, obra de emergencia, hacer el proyecto mientras se ejecutaba la obra, dirigirla, resolver las inevitables contingencias sobre la marcha, mantener los trabajos sin interferir en la actividad asistencial… todo ello con un amplio seguimiento por parte de la administración y de la opinión pública. La experiencia adquirida nos dice que ningún hospital va a ser concebido como se hacía de forma tradicional. Ya no hablamos de hospitales flexibles desde la perspectiva de un cambio lento y paulatino, el futuro requiere de hospitales con respuestas inmediatas, flexibles tanto en el uso como capacidad y a corto plazo.